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Publicación segura, II

Establecido que el aparente anonimato que pueden ofrecer servicios
de publicación como Blogger o WordPress son una completa
falacia, que daría lo mismo que el autor en cuestión
pusiera en la página su fotografía, su dirección,
su CIF y una relación de los itinerarios más
frecuentes; y establecido que Google, en concreto, no sólo
está dispuesto a “colaborar” sin restricciones con los
órganos judiciales o con las “fuerzas de seguridad”, sino
que, como una portera chismosa, le soltará los datos de
conexión y personales de los que disponga (y a fe mía
que tales datos son muchos y muy concretos) Al primero que se los
pida, el primer paso que deberá seguir quien pretenda
adherirse al maquis de la Red
y emboscarse con un mínimo de seguridad, es plantearse qué
sistema operativo ha de usar.

Sean cuales sean las necesidades
de un usuario de informática, ha de ser consciente de que
Windows es un sistema
intrínsecamente espía
.
Lo es porque así ha sido diseñado y, en todo caso, lo
debería ser, porque si no se puede escudriñar su código
fuente, la prudencia obliga a actuar como si esta afirmación
estuviera definitivamente acreditada y fuera de toda duda.

En consecuencia y por sistema, la
primera medida a tomar es instalar
alguna de las distribuciones Linux. Puede que la más
recomendable sea la última versión de
Ubuntu.
Está basada en Debian y
en su versión 7.10 resulta extraordinariamente fácil de
instalar
y usar. Quizás, la única aparente complicación
sea crear el espacio libre en el disco donde luego se instalará
la partición de
Ubuntu,
sin que ello estorbe en absoluta la instalación de Windows.

En realidad esta operación
es simple y se hace desde el propio sistema operativo Windows. En
Windows Vista basta con pinchar con el botón derecho del ratón
sobre el icono de “sistema” y elegir la opción de
“administración de sistema”. Volviendo a pinchar con el
botón derecho del ratón sobre la partición en la
que aparece instalado el sistema operativo aparecerá la opción
de reducirla o ampliarla y de borrar otras particiones que puedan
existir. Reduciendo la partición de Windows quedará
libre el espacio de disco que se quiera y la instalación de
Ubuntu u otra
distribución, formateará automáticamente ese
espacio y se instalará en él, añadiendo un
programa de arranque que permitirá elegir el sistema operativo
que se quiera iniciar.

Instalado Ubuntu,
el usuario tendrá disponibles las herramientas imprescindibles
que le permitirán el acceso a la Red y la edición de
textos e imágenes, así como un “cortafuegos” que se
podrá manejar con entornos gráficos a más de las
líneas de comando, pero que por defecto, proporciona
suficiente blindaje al ordenador en el que está instalado.

Así, sólo con la
instalación y uso de una de las distribuciones Linux, se habrá
dado un grandísimo paso hacia una situación de
seguridad razonable.

De todas formas Linux puede
presentar problemas e, incluso, problemas serios, con los componentes
físicos del ordenador y con los periféricos. No es
imposible que el sistema no reconozca ciertas tarjetas de red o
ciertas impresoras u otros elementos que puedan resultar necesarios.
Algunos de esos problemas se puedan solucionar con facilidad, otros,
sencillamente, acabarán con la paciencia de cualquiera.

Esto también tiene
solución. Para evitar disgustos es muy recomendable probar el
sistema desde su opción “Live CD”. Es decir, tanto Ubuntu,
como Mandriva, como Suse, etc. etc. pueden funcionar directamente
desde el CD o DVD sin necesidad de ninguna instalación. Así,
es posible comprobar que aquello que queremos instalar se conecta
correctamente a la Red. Esa es la condición imprescindible
para cualquier neófito. También convendrá
comprobar que se dispone de un controlador capaz de hacer funcionar
la impresora. No obstante, esto es secundario. Con conexión a
la Red, si el controlador no existe en el CD o DVD, será
posible bajarlo e instalarlo con mayor facilidad de la que se le
supone a Windows. En todo caso, la libertad exige molestias y un
cierto tiempo de dedicación, en este caso, ni siquiera mucho.

De todas formas, tener instalado
y funcionando un sistema de código abierto y libre, puede
proporcionar una garantía muy sólida de que el propio
sistema operativo no está espiando, pero en modo alguno es
suficiente. El próximo paso será la instalación
de un navegador y un programa de correo que admitan dos herramientas
imprescindibles: los sistemas de cifrado GnuPGP y la Red Tor. Estos
dos programas, el navegador
Firefox
y el servidor de correo
Thunderbird,
vienen incluidos en Ubuntu y, en todo caso, su instalación es
automática una vez que se han añadido los
“repositorios” oficiales de la distribución, es decir, los
“depósitos” donde se almacenan aplicaciones y
actualizaciones para que puedan ser descargadas e instaladas
automáticamente por el sistema.

Con Firefox y Thunderbir
instalados podremos empezar a instalar Tor, para la navegación
anónima y GnuPGP junto con Enigmail para el cifrado fuerte de
corro electrónico y de archivos. Iremos paso a pas.